Nos empuja un viento por este sendero de asfalto. Nuestros obstaculos tan son algunas hojas que ya no viven en los árboles. Y nuestro aliado un sol que hace rato largo nos abriga. A ambos lados un horizonte infinito que impone una sensación de inmensidad, la cual queremos alcanzar. Y por eso seguimos, sin preguntarnos, por las venas de esta tierra, que, por suerte, no nos dice que nos deparará...

No hay comentarios: