El reflejo lunar en el agua de un rió que se brinda bajo mis pies colgantes. Fundido junto a un muelle, un cielo, algunas estrellas, y el silencio… ¿y yo? Yo solo, solo…anhelando a oscuras lo que no esta.


Ella me decía nada, y yo sabia que me quería decir todo. Sus sentimientos la atascaban.


Nos empuja un viento por este sendero de asfalto. Nuestros obstaculos tan son algunas hojas que ya no viven en los árboles. Y nuestro aliado un sol que hace rato largo nos abriga. A ambos lados un horizonte infinito que impone una sensación de inmensidad, la cual queremos alcanzar. Y por eso seguimos, sin preguntarnos, por las venas de esta tierra, que, por suerte, no nos dice que nos deparará...


Deambulante por esas calles circulares, que ya no quieren linealidad. Me doy cuenta, y me sorprendo, ando una vez mas, extraviado en los suburbios del alma...



¡Vaya día gris! Seria sumamente difícil no mojarse con una lagrima cuando tanto el cielo como la lluvia escenifican la tristeza…


Y mientras a tus espaldas un sol de otoño que abriga un frió que no llevas adentro...


Si es por su carácter adictivo o por sus efectos alucinantes, quítenme esta droga ideal que consumo en notas y armonías sin parar…